Javiera Mena- Mena (2010)

Para terminar nuestro mes bicentenario como corresponde, que mejor que comentar uno de los discos chilenos más esperados del año. No estamos hablando de lo nuevo de Leo Rey o Américo (que a ratos parece ser lo único que la gente reconoce como música chilena), sino del segundo disco de Javiera Mena, lanzado casi 4 años después de su aclamado álbum debut Esquemas Juveniles (2006). ¿Cumple las expectativas?, ¿es tan bueno como el primero? y todas esas preguntas típicas responderemos en esta breve revisión de Mena.

De partida, para el chileno promedio que tal vez la haya escuchado pero no sepa quién es Javiera, es posible que la ubique por la canción Sol de invierno que sonó de vez en cuando en las promociones de Feroz (esa obra de arte de la dramaturgia chilena que muchos recordarán xD) o por el cover de Daniela Romo, Yo no te pido la luna. Para los que aún siguen perdidos, estamos ante una cantante pop que canta sobre amores adolescentes con aires de nostalgia ochentera.

En Mena, no pretende venderse como una artista distinta ni a improvisar cambios extraños, sino que se trata de una consolidación de su sonido electro pop, que se siente más pulido y digno de cualquier escenario internacional. Sus letras continúan hablando sobre el amor de forma directa y sincera, sin caer en los sentimentalismos baratos de la balada latina.

La primera mitad del disco está más emparentada con Esquemas juveniles, siendo canciones a medio camino entre la balada y el electro pop. Ahondar en ti, Hasta la verdad y Primera Estrella van preparando el camino para el primer gran golpe bailable: El Amanecer, una canción alegre y potente. La siguiente, No te cuesta nada, es EL lento del disco y vendría siendo como la Sol de Invierno de Mena, igual de romántica e inspirada.

La segunda mitad se entrega a la pista de baile y el sintetizador ochentero se roba la película. Luz de piedra de luna, es el gran hit, la mejor canción del disco y uno de los mejores temas pop del año. Luego en Sufrir (una genial colaboración con el sueco Jens Lekman), contradictoriamente nos deja alegres y con ganas de bailar, ánimo festivo que continúa con Acá entera. Finalmente llega Un audífono tú, un audífono yo, donde se apagan un poco los sintetizadores y funciona como broche de oro perfecto.

Las dudas sobre este álbum se disipan apenas comienza la primera canción. Se tomó su tiempo para volver, pero se agradece que Mena sea un disco tan bien elaborado, de una riqueza de sonidos mucho más madura y una evolución natural de su estilo. Javiera Mena se posiciona como la artista joven chilena más promisoria (título que quizás podría ser disputado con Francisca Valenzuela, a la espera de su segundo disco y cosa de gustos en realidad) y en una escena pop reducida, dominada por productos infantiles envasados (lease Denise Rosenthal, CRZ, BKN y demases) es digno de aplausos todo su trabajo. Me parece que su nueva apuesta es una perfecta carta de presentación en mercados extranjeros y con Mena, uno de los mejores discos del 2010, seguro que dará que hablar.

Canciones Imprescindibles: Luz de piedra de luna, Sufrir, No te cuesta nada.

Nota: 6,8 (de 7,0, no existe la perfección pero estuvo cerca)