Lotus Plaza - Spooky Action at a Distance (2012)

This is Ground Control to Mayor Tom

Lockett Pundt es un viejo conocido nuestro gracias a Deerhunter, banda donde ha escrito y/o interpretado algunos de los tracks más destacados que aquella agrupación nos ha regalado. El bajista de la banda contemporánea más famosa de Georgia, vuelve con el trabajo sucesor de The Floodflight Collective (2009), su primer disco solista, cuyo nombre fue inspirado por la primera “banda” que tuvo junto a Bradford Cox, que fue también su primera experiencia musical junto a otras personas. Para este chico los nombres y los recuerdos que lo vinculan a Deerhunter y a Cox, una de las estrellas indies más controvertidas y geniales de la actualidad, son sinónimo de recuerdos queridos para él. Su seudónimo, Lotus Plaza, es un ejemplo de ello. Este tiene su origen en un largo viaje en van del grupo, donde cada miembro de la banda tenía asignado un seudónimo. Lo adoptó para su proyecto solista, porque le gustaba, y yo creo que hacerlo fue también una forma de atesorar una época donde, según él, todo para los integrantes de Deerhunter era nuevo y fascinante. Así que nos aprontaremos a descubrir el significado oculto tras Spooky Action at a Distance escuchando sus tracks.

01. Untitled es un breve y delicado track instrumental del que mucho no se puede decir.

"Days when it seems/ you're on your own, there's no one else/distant eyes dream/ strangers from another place"

Es en 02. Strangers, el segundo track (y segundo single) donde comienza el álbum. La guitarra moldeando la melodía, la voz grave de Lockett en un segundo plano la convierten en la respuesta musical a ese “Come with me uo oh/ Far away ou oh” de Desire Lines. Él vuelve por nosotros para concretar esa promesa. Posee una outro interesante que disminuye lentamente la velocidad del tema hasta hacerlo desaparecer. Como si todo lo que suceda a esta canción vaya a ser distinto. Y así es.

"If I promised you I'd be somewhere/ Would you trust in me/ 

There's something out there"

Un enérgico pandero da el puntapié para 03. Out of Touch. Un track desértico, que a pesar de su ritmo pausado, es contundente. Tiene los  toques justos de psicodelia, rock y experimentación que permiten crear una atmósfera enrarecida, pero extrañamente agradable. Habla de alguien que se pregunta como sería abandonarlo todo y comenzar de nuevo en otro lugar, fuera de alcance. Se hace larga. 04. Dusty Rhodes también habla de nuevos comienzos, esta vez junto a un ser amado cómplice, y es una balada rock que conquista desde el inicio. Su letra muy romántica es embellecida por el contraste con una melodía sencilla, serena más que alegre y de arreglos que se enfocan en percusiones retro pop. La voz se limpia de toda interferencia y su mensaje se oye claro, entre guitarras limpias de efectos. Esta hermosa canción fue inspirada por su novia (y futura esposa). Tras la aparente lejanía de Lockett Pundt se esconde un hombre romántico.

“Dancing 'round my head / Floating 'round my head"

En 05. White Galactic One retoma el ímpetu rockero, con potentes cuerdas  distorsionadas como protagonistas, que me recuerdan algo a los Klaxons del primer disco, Myths of the Near Future. Su voz parece proceder de un coro espacial, adquiere un status de instrumento y la canción mantiene un equilibrio entre estas cuerdas agresivas, su voz y los demás arreglos. Luego su voz sube unos tonos, haciendo la canción más expansiva y luminosa. El disco hasta acá posee un buen nivel y 06. Monoliths es ese golpe pop anímico necesario para dejarlo por lo alto. Ya les habíamos hablado de ella tiempo atrás y gracias a ella (y a la persistencia de un fiel seguidor de nuestro blog) conseguimos y nos sumergimos en este disco. Cada vez que la escuchas es más grande. Un himno que supera a Desire Lines.

"Head is full of rocks/ Pockets full of change/ 

It has been so long/ Since I have felt this way"

Tras ese enorme momento, el álbum vuelve a la calma con 07. Jet Out of the Tundra, aunque sin perder una gota de buena vibra. Esta es una composición que roza el dream pop, muy suave, que fluye. Esta percepción es reforzada por los arreglos de cuerdas playeros y relajados. Posee un bello solo de bajo que refuerza el sentimiento soñador. Le critico que podría haber durado la mitad, ya que la segunda parte redunda en las ideas musicales de la primera.

"I wouldn't have it again/ my days of eveningness"

08. Eveningness me recuerda la sutileza de las composiciones de los Pet Shop Boys como esta. Lotus Plaza construye un muro de sonido donde destacan guitarras muy cristalinas. Tiene un insospechado potencial de “ear worm”. Escúchela y verá que se le queda pegada todo el día, especialmente el comienzo. También se hace eterna. Luego 09. Remember Our Days baja las revoluciones como preparando la salida del álbum. No hay que ser una lumbrera para descubrir que habla su letra. Su sonoridad retro y ritmo cadencioso sería bastante apreciado si no fuera porque esta canción se vuelve monótona y sin sorpresas, en consecuencia, se hace larga. Me recuerda a la propuesta shoegaze de Lower Dens en su tema Brains, con la salvedad de que esta última canción logra un mejor resultado a través de un in crescendo.

"'Once was' becomes a 'never will',/

 drug shades into the window sill"

En 10. Black Buzz la voz de Lockett toma protagonismo y la melodía se despoja de los arreglos, solo hasta el clímax, para descansar en un sencillo rasgueo de cuerdas. Una balada sencilla y emotiva (está inspirada en una persona cercana a Pundt que tiene un problema de adicción ¿no será Brad4?) que es perfecta para despedir este disco. Según Lockett, es lo mejor que ha escrito. Pero discrepo, porque tiene muchas cosas excelentes como para decir así sin más que una balada hermosa, pero clásica como esta es lo mejor que ha hecho: Agoraphobia o sin ir más lejos, Monoliths, Strangers y Dusty Rhodes.

Este trabajo me recuerda al disco que publicó Kurt Vile el año pasado, en el sentido de que logra crear a través de distintos énfasis en las cuerdas, una atmósfera musical muy personal, que en este disco oscila entre la ensoñación y lo espacial. Al igual que en aquél trabajo, su debilidad es similar, pero aún más evidente: el álbum falla en extenderse en la duración de las canciones de la segunda mitad. En este caso en particular, es un pecado que los interesantes paisajes sonoros de esa parte en específico y algunas de la primera mitad no vayan más allá en cuanto a los cambios musicales, repitiendo la misma estructura estrofa-coro una y otra vez haciendo muy pesada la escucha del álbum (lo que cansa al auditor y borra la buena impresión que deja la primera mitad). Son buenas canciones, pero no son muy atrevidas el descubrimiento de América o imprescindibles.

Por otro lado, la temática y la coherencia entre letras (que son dignas, pero no alcanzan a ser brillantes) y música del álbum es su fuerte: se transmite claramente la idea de alguien que tiene su cuerpo en una parte y su mente está en otra a través de estrofas que hablan de escapar, volar, evadirse o flotar. Existe un dejo de añoranza en muchas de sus composiciones, ya sea de otra vida, de otro comienzo, de vivir junto a ese ser amado o que otro se libere de sus cadenas. Por eso Spooky Action at a Distance no es un disco “espacial” en un sentido marciano, sino en el de como un ser humano ansioso de “otredad” enfoca su mirada al cielo y trata de romper esa barrera que le impone la atmósfera, a través de su mente y comprende que somos un granito de arena en el universo. Con su variada gama de sonidos, refleja todas las maneras en las que un hombre se enfrenta con el cosmos, ya sea pensando, despegando en un cohete o mirando las estrellas con un telescopio casero. Lockett Pundt trasmite completamente su pasión por la ciencia y la astrofísica a su música, aunque no es de forma intencional o forzada.

Es ahí donde la frase que da el título al disco nos hace sentido: Spooky Action at a Distance, acción fantasmal a distancia, es una frase burlona de Albert Einstein para denominar un fenómeno físico misterioso como el “entrelazamiento cuántico”. Esta propiedad de la mecánica cuántica se refiere a 2 partículas que han tenido un mismo origen y son separadas espacialmente, incluso por distancias astronómicas, y  luego se fuerza a una de ellas a cambiar de dirección, la otra también lo hace, asumiendo automáticamente la dirección contraria, como si fuera informada al instante a pesar de la distancia física. ¿Sorprendente, no? Puede que nuestros recuerdos, decisiones en la vida y seres queridos constituyen para Lockett aquella fuerza misteriosa que nos condiciona a la distancia y nos hace sentir que no estamos solos flotando en la gálactea galaxia.

Los fans de Deerhunter me van a permitir un último alcance: Si en Parallax Atlas Sound era un marciano de alma inquieta que añora la vida en la tierra, en Spooky Action at a Distance Lotus Plaza es un humano soñador y sereno con la mirada puesta en el firmamento. Como el Mayor Tom tiene su cable a tierra en el Ground Control en la famosa canción de David Bowie estos músicos (y amigos) están “entrelazados cuánticamente” y son parte de una especie de diálogo musical supremo, que no se interrumpe ni siquiera cuando trabajan en solitario.

Ya juzgados en este blog los recientes esfuerzos de ambos como discos que vale la pena escuchar, concluimos que sus creadores son dos universos destinados a complementarse y tomarse de la mano para lograr la trascendencia y la magia, ya que solo a momentos superan la obra de Deerhunter por separado. Por lo menos hasta ahora. C

Nota: 75/100