martes, 4 de septiembre de 2012

Epic Flops #3: La Brújula Dorada (2007)



Esta película es la adaptación cinematográfica de “Luces del Norte”, primer libro de la trilogía literaria infantil La Materia Oscura del británico Phillip Pullman, que leímos completa y a ambos nos gustó mucho. Destinada a ser la producción de New Line Cinema que tomara la posta del éxito de “El Señor de los Anillos”, una adaptación que tuvo una gran recepción tanto a nivel de crítica como de público. Esta película tenía todas las condiciones para triunfar: una gran historia a adaptar con excelentes personajes, un presupuesto que contemplaba actores de primera línea, tremendos efectos especiales y por último, un público que por esa época se encontraba especialmente receptivo a las historias fantásticas ¿Que salió tan mal, que hasta el día de hoy no hay claridad sobre la continuidad de la saga? La verdad es que la mayoría de las respuestas surgen al enfrentar la película con el libro. (Contiene spoilers de la película y el libro).


1) Tediosa


La Brújula Dorada es una película latera, tanto para niños como para adultos. Es cierto que esto puede explicarse en parte porque el mundo fantástico y levemente distópico creado por Phillip Pullman es algo complejo para una mente infantil, y probablemente para algunas mentes adultas también. El autor buscaba ser un narrador poco complaciente y nada moralizante, instando a sus lectores a pensar por sí mismos. Por su parte, el guión de Chris Weitz, en vez de intentar enfatizar los conceptos principales del primer libro, que a mi juicio serían: la importancia del pensamiento crítico, el paso de la niñez a la adolescencia (dejar de ver a tus padres como seres perfectos), valentía, amistad, positivismo y la creencia en el libre albedrío; en La Brújula Dorada estos conceptos son subordinados a las nociones mágicas del universo donde transcurre la historia.


La mayoría de los diálogos resultan densos al intentar transmitir desesperadamente y sin el contexto apropiado, las diferencias del mundo de Lyra con el nuestro que constituyen la particularidad de la obra de Pullman.
La Brújula Dorada, con todo el cariño que le tengo, no sirve ni para verla en un viaje de bus de hora y media. Porque además de ser desabrida y confusa, es larguísima. Se toma mucho tiempo y pasan tantas cosas que al final es como si nada pasara: la lucha de osos, el escape de Bolvangar, la lucha de giptanos y samoyedos, etc. No hay jerarquía dramática. La escena de la cabaña en el lago es clave, pero está tratada como algo hasta positivo. Una decepción que presencié en el cine con @matiasparraguez.


2) Que la protagonicen niños no significa que sea para niños.


La Brújula Dorada se vendió como otra película mágica infantil más, con el fin evidente de atrapar la estela del éxito comercial de Harry Potter, entre otras películas. Y así fue tomada, como una película mágica más, para perjuicio de la historia. Lo que se suponía la haría especial, su contenido inusualmente crítico y con toques de filosofía, fue pésimamente abordado en búsqueda de hacerla más universal y de bajarle el perfil polémico. Curiosamente, la película causó más ruido antes de su estreno que después. Asociaciones de padres católicos llamaban a otros padres a no exponer a sus niños a la película, debido al carácter libre pensador, positivista y ateo de la trilogía literaria. Sin embargo, si estas personas hubiesen visto la película antes de opinar hubieran comprendido que tanto escándalo no tenía sentido, ya que ese mensaje se diluye casi por completo. Detalles claves: El Magisterio carece de un rol religioso en la película, quedando supeditado a un rol político – administrativo (un gobierno). Además, de la omisión del dato importantísimo de que el Magisterio y la Junta de Oblación (General Oblation Board, de ahí la palabra Gobblers) asocia al Polvo con el pecado y es por eso que buscando librar a los niños de él los separan de sus daimoniones, cuando en el fondo buscan castrar su voluntad, pensamiento crítico e identidad.


Fue una pésima jugada blanquear la película en pos de llegar al público infantil/familiar. Los contenidos más maduros no le impidieron ser éxito de taquilla a películas como El Código Da Vinci y Los Juegos Del Hambre (independiente de su calidad cinematográfica). Si el tipo que hizo el guión hubiera leído de verdad el libro no pensando en las lucas hubiera entendido que no está dirigido a un público infantil, sino a uno adulto. Y que su temática está más cercana a los fans de Los Juegos del Hambre que a los de Harry Potter. Si se hubiera atrevido a reflejar la riqueza del contenido del libro, hubiera sido una película de culto. Además, se hubieran ahorrado toda la polémica católica, que en EEUU debe haberles jugado muy en contra. Podríamos haber estado criticando la segunda y tercera parte de la trilogía en vez de estar lamentando que no se vislumbre continuación.

3) El Guión parte I


Por otro lado, hay mucha información que podría haberse transmitido mejor. Cosa que se hizo para no aburrir al público infantil, pero con el riesgo de no cautivar a nadie. Por ejemplo, se afirma desde el principio del filme que Lyra (Dakota Blue Richards) es “la niña mágica” o “la niña de la profecía”, pero la prueba de ello, que es su habilidad innata de leer el Aletiómetro sin años de estudio ni consultar libros, es tratada en la película como algo peculiar, pero alcanzable por cualquiera. Es más relevante el objeto en sí, el cual es el único que queda en ese mundo (en el libro hay algunos más repartidos por el mundo). Es más, se omiten muchas cosas respecto a la dificultad que representa interpretar este instrumento y conectarse con él.

Pantalaimon, una mascota

Los daimoniones son otro tema importantísimo que, a mi juicio, la película no perfila bien: los amigos de educarchile creen que Pantalaimon, el daimonion de Lyra, es una mascotita simpática #pobres #nolosculpo. Estos, en realidad,  son la conciencia y/o el espíritu de las personas que toma forma corpórea y puede dialogar con ellas. En la película vemos las constantes transformaciones de Pan, que quedan como una proeza digital, algo bonito, porque no se da a entender que, por ejemplo, los daimoniones de los niños no son fijos y que mientras más inteligente es el infante, más rápido se transforma su daimonion. He ahí una de las razones de que solo los niños sean las víctimas de los secuestros y experimentos por parte de los Zampones (Gobblers). Podemos apreciar al respecto una frase de Lord Asriel (Daniel Craig) a Lyra tras su disertación en el Jordan College: “Tu daimonion aún no se ha fijado (?)”. Fin de las referencias.


Tampoco queda claro que es imposible para los mortales del mundo de Lyra separarse físicamente de su daimonion, salvo para las brujas, y que cuando esto sucede le produce perturbación a las personas de ese mundo. Solo se insinúa en una frase de la bruja Serafina Pekkala (Eva Green) a Lyra: “Mi Kaisa puede volar muy lejos de mí (?)”, que resulta anodina en ese instante de la trama. No se entiende bien porqué es tan terrible que Billy Costa (en el libro es otro el chico escindido, Tony Makarios) haya perdido para siempre a su daimonion, porque en esa secuncia no se plasma el horror y la aversión que todo el mundo siente al encontrarlo (incluidos sus padres, que vencen ese temor gracias a su amor y Lyra gracias a su valentía). Nunca es mencionado que tocar el daimonion de otra persona está prohibido tácitamente y no hay referencias a ello, salvo la dudosa secuencia donde el daimonion de la Sra. Coulter (Nicole Kidman), el mono dorado, acaricia perversamente al de Lyra. Momento que es súper ambiguo, pues los daimoniones entre ellos si pueden tocarse.


4) El Guión parte II


(Acá algunos spoilers de la película) Lyra, la protagonista, descubre a través del libro (y la película) que no es huérfana y que sus progenitores están muy lejos de ser los mejores padres del mundo. Lord Asriel, su padre, siempre se presentó con ella como su tío-tutor y la trataba con severidad y distancia. Marisa Coulter, su madre, la conquistó con su inteligencia y encanto para sacarla del Jordan College y llevársela a vivir con ella. Lyra pronto descubre que es una mujer violenta y fría, que sólo la retiene por interés. Cuando Lyra es introducida en la Guillotina de Plata para separarla de su Pantalaimon, La Coulter la salva, siguiendo su instinto maternal, a tiempo de la escisión. Luego le revela a Lyra que es su madre (y Lord Asriel su padre) y trata de quitarle el Aletiómetro, lo que motiva a la niña a escapar de ella, nuevamente. Tras esta decepción, Lyra vuelca toda su esperanza y afecto a la figura de quien antes creyera su tío. Por eso es que la película finaliza con Lyra ilusionada, yendo al encuentro de su padre junto a su amigo Roger para proporcionarle “lo que él necesita” (según la revelación del Aletiómetro) y hasta ahí todo acorde con el libro.


Sólo que en Luces del Norte cortaron el final del libro, que relata una historia de traición, lo que no queda claro gracias a la decisión de dejar la resolución de la trama para la siguiente película. La historia sigue de esta manera (no sigas leyendo si no has leído La Brújula Dorada): Lyra logra sortear el difícil camino que lleva a la fortaleza de Lord Asriel junto a Roger y cree que lo que su padre necesita es el Aletiómetro. Pero se equivoca rotundamente, malinterpretando la decepción y posterior alegría de su padre al verla llegar. Esta extraña recepción es porque Lord Asriel ha llegado a la conclusión de que necesita una gran cantidad de energía para abrir un portal hacia otra dimensión y la manera más fácil de obtenerla es a través de la escisión de un niño. Asriel no es tan frío para sacrificar a su propia hija a través de un procedimiento similar al empleado en Bolvangar, aunque lo pensó (esto explica su expresión de decepción al ver a Lyra, como diciendo “no me queda otra alternativa”). Su cambio hacia la alegría se explica al ver que Lyra viene con su amiguito Roger: efectivamente, Lyra le lleva lo que necesita, solo que no es lo que ella pensó, sino un conejillo de indias al cual separar de su daimonion.


El libro termina con Lyra cruzando el “puente a las estrellas”, resultado de la escisión (y muerte) de Roger, con rumbo a otro mundo, sola, decepcionada de sus padres, traicionada y sintiéndose culpable por haber llevado a su mejor amigo a la muerte. Esta omisión le quita fuerza y potencia a una trama entera, reduciéndola a un final lindo estéticamente, pero insulso y poco interesante.

5) Animaciones digitales 1,  Elenco 0


Hay que destacar un gran mérito de la película, el que se refiere a los efectos especiales y las animaciones digitales. En estos días eso ya se da por descontado en cualquier superproducción, podría decir alguien y con justa razón. Pero en La Brújula Dorada la tecnología fue utilizada para retratar un mundo ficticio de manera elegante. Globos aerostáticos, auroras boreales, brujas y osos polares son una mezcla que podría haber sido de dudoso gusto. Los momentos culmines son los paisajes, las panorámicas, las imágenes promocionales y la pelea entre Iorek Byrnisson y Ragnar Sturlusson (Iofur Raknisson en el libro).


Todo esto se contrapone a lo poco que se aprovechó a las estrellas adultas del elenco. Daniel Craig no sale en más de media hora de metraje. Aunque Nicole Kidman sale despampanante como en sus mejores días no plasma esa capacidad de seducir a los niños con su encanto y falsa dulzura (en el libro los atrapa ella misma, en la película es su daimonion el Mono dorado). Pero no es su culpa, si no del guión. Y que decir de Eva Green. La hermosa actriz francesa es totalmente desaprovechada. Sale tan poquito que no se alcanza a entender que las brujas con su libertad contradicen los mandatos del Magisterio y son un símbolo de rebeldía. Por alguna razón no es parte de la película el momento en que Lyra debe adivinar cual es el pino nube (árbol) del cual salió la escoba de Serafina, uno de los hitos de su aprendizaje. Hasta Fra Pavel tiene más protagonismo.


6) La película tras la película: Las peleas tras el guión y el futuro de la saga

#Scumbag Chris Weitz

Desde el inicio fue muy complicado adaptar este libro a la pantalla grande, la prueba de ello es que hubo dos personas escribiendo guiones. El primero fue Tom Stoppard y el segundo, Chris Weitz (con experiencia en películas "mágicas"), el cual se aprobó por los productores tras unas pequeñas modificaciones como cortarle el final. Los guiones enfrentados, aquí. Nosotros trolleamos a Weitz por su guión mal hecho, pero la peor decisión, la de recortar el final, fue de New Line Cinema La versión de Chris Weitz sobre el guión definitivo acá.
Tras el fracaso comercial en EEUU (67 millones de dólares recaudados) y en vista de la millonaria inversión que se hizo en ella (240 millones, la más cara de New Line Cinema), el proyecto de continuar la trilogía fue postergado indefinidamente. Por mientras, Dakota Blue Richards sigue creciendo. De hecho, ahora ya es una adolescente y es parte del elenco de la última generación de la serie inglesa Skins. Si es que el estudio se decide a retomar el proyecto, lo más seguro es que esta chica (elegida por el mismo Phillip Pullman para representar a Lyra) quedará fuera. Una pena.

Lyra 2.0

Reflexión final:
Siempre es mejor leer los libros. Nunca pasan de moda. Lean la trilogía La Materia Oscura y nos vemos en la República del Cielo. C

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