Hace muchísimo tiempo que quería
reseñar este disco que me ha acompañado desde el otoño, a cuyo autor, para
variar no conocíamos. Pero en C & F aprendemos con ustedes y para ustedes,
así que hicimos la tarea y averiguamos que Kurt
Vile (¡que buen nombre!) es un chico de Filadelfia, aunque es muy joven (31), está lejos de ser un debutante.
Este es su 4to disco en solitario, pues antes estaba en la banda The War On Drugs (que sacó un disco
bastante alabado este año, también) y su segundo con el sello Matador Records. Prolífico el cabro.
La compañía perfecta para momentos cotidianos y personales, de divagación,
ocio o viaje. Candidato al premio “Mejor título de disco 2011” en C & F.
Me interesé en este disco por una razón bastante estúpida: su portada. Si, es que entre tanta portada hecha sin cariño en Photoshop bajo la premisa “tomemos una foto con un color predominante y pongamos el nombre de la banda y del disco en mayúsculas”, la de Kurt Vile destaca porque tiene personalidad, muestra al músico en un momento cotidiano, es bastante bonita compositivamente y eso que usa el mismo recurso antes mencionado. Dentro de un año donde los discos que más nos han gustado han tenido portadas en escalas de grises o en sencillo blanco y negro (me refiero a Kaputt, House of Balloons y Let England Shake, este disco no podía desentonar. Hay que seguir la intuición y lo escuché, así como Kurt siguió la suya al apartarse de su aclamada ex-banda y seguir su camino en solitario.
“There has been but one true love/
In my baby’s arms, in my baby’s arms/
And I got the hands to hold onto them”
El disco abre espléndido con la
conmovedora 01. Baby’s Arms. Es una
buena sorpresa por su romanticismo, ambiente encantador y frágil, como hecho
con humo. “Yo nunca, nunca, nunca estaré
solo, porque todo está en los brazos de mi amada” es una línea que cala
hondo. Háganse esa, grupetes románticos de segunda. Bien dispuestos oímos 02. Jesus Fever, que ya destacamos como
un tema invernal perfecto. A pesar de que su letra habla de indiferencia, es
una melodía muy optimista. Sutilmente Lo-Fi con predominio de las cuerdas, es claramente
un momento alto del álbum. Y eso que solo llevamos dos temas.
"I bet by now/ You prob'ly think I'm a puppet/ To the man/
Well, I'll tell you right now/ You best believe that I am"
Well, I'll tell you right now/ You best believe that I am"
Luego las cosas se ponen más
rockeras con 03. Puppet To The Man. Kurt habla de esos momentos en que “está
estancado y siente que no puede despegarse”, cosa que, según él, también le pasa
a su hermana. Un momento de sinceridad que
finaliza con un coro excelente. Tras este tema las revoluciones bajan
con la preciosa 04. On Tour, un
punto alto del álbum con un título perfecto. Cuerdas y sonidos delicados que
van en expansión e in crescendo, acompañando perfectamente la voz de Vile y su tono algo distraído. Una gran
outro devuelve la canción a su estado inicial y nos prepara para la siguiente.
“I wanna sing at the top of my lungs/ For fun,
screaming annoyingly/
‘Cause
that’s just
me/ Being me, being free”
05. Society Is My Friend es una especie de himno que se levanta
poderoso desde lo profundo, en cuya letra Kurt
sabe ser tan irónico como lúcido: “La
sociedad es mi amiga, me hace recostarme sobre un baño de sangre”.
Musicalmente hablando es potente, con unos acordes que dan escalofríos. Claramente mantiene el impecable nivel
del álbum.
“He stole my old lady sayin’ / “Hey,
how ya doin’, let’s kiss/
My hand is not for you to hold/ So kiss
me with your mouth/
Without closin’ it all
that much”/Oh, society”
Con 06. Runner Ups, el disco se pone medio flojo. Este es un tema de
transición que no me agrada mucho porque la siento repetitiva y no posee algún giro
musical que la haga distintiva o memorable. Destaco la interpretación y la excelente letra que nos
muestra su filosofía: “When it’s looking dark, punch the future in the
face/ Instead of standing, I’m
running around”. 07. In My Time retoma ese ánimo alegre de Jesus Fever. Vile parece cantar para sí mismo y conquista con ese coro que habla
de vivir el presente. El puente es estupendo y, por si aun no ha quedado claro,
muestra que estamos ante un gran músico y guitarrista.
Dan ganas de escuchar esto andando en
bici y repetir
“I know when I get older/
I'm dying/
But I got everything I need anyway/ that's fine now”
A primera oída, son las cuerdas
las que le imprimen carácter a 0.8 Peeping
Tomboy. Pero también destaca su divertida letra que hace alusión al mito de
Lady Godiva, donde aparece el primer antecedente histórico de un mirón: Peeping Tom. En este caso, Kurt declara que no sabe lo que quiere
y que mientras lo averigua, conoció a una chica marimacho a la cual él cuartea admira (tomboy en inglés, de ahí el juego de
palabras del título).
“She
was a tomboy/ and I admired her/
‘Cause I was a Peepin’ Tom on that scene/
I
was a Peepin’ Tom you know what i mean”
09. Smoke Ring for my Halo, el track que le da el nombre al álbum,
es digno, pero también suena a algo ya explorado. Sin embargo, tiene una letra
interesante y es una buena antesala para el cierre final. En 10. Ghost Town, Kurt parece cantar desde lejos, desde otra dimensión, casi como un
fantasma. La música es casi ambiental y la letra también hace eco de esa
impresión. “No volveré a dejar mi sillón,
porque cuando ando por ahí afuera siento que estoy lejos, en mi mente”. Definitivamente
un broche de oro. Y así se despide, embrujando, mientras la música se deshace en
la nada, tal como si fuera un anillo de humo. Cuando estás dudando si esta
canción fue una aparición, suena un pequeño tema instrumental que juega con esa
idea fantasmal del último tema.
“Raindrops
might fall on my head sometimes/
But I don't pay 'em any mind”
Sin que yo conozca muchas referencias del folk americano clásico, creo que me basta como para decir que este disco bebe de esa tradición y también del rock, pero aporta algo nuevo: esas atmósferas narcóticas, que en un momento son estáticas y al otro se expanden hasta desaparecer, por eso la música de Vile es denominada "psychodelic folk". En ese sentido, el título del álbum es perfecto y preciso ¿Quien no ha visto como un anillo hecho con de humo de cigarro es extrañamente corpóreo, pero se deshace inmediatamente al tocarlo? ¿No les parece que muchas de estas canciones crean una especie de halo?
Smoke Ring For My Halo musicalmente, tiene muchas cosas buenas: Kurt Vile tiene una voz que se aviene
con su música, es un buen guitarrista admirado por grandes como Kim Gordon de Sonic Youth y sabe como construir una canción. En cuanto a letras
no se queda atrás: este es un disco personal y a la vez cercano. Se debate
entre el optimismo y el pesimismo, entre justificar el pasado o vivir el presente
y principalmente, refleja esos pensamientos que tenemos cuando no tenemos nada
que hacer y solo existimos. Por eso es un disco representativo: todos tenemos
dudas sobre el futuro y cachamos que el presente tiene cosas malas, si, está
bueno saberlo como también está bien también olvidarlo un rato y ser felices
con lo que tenemos.
Si dejáramos de lado sus letras, este
disco puede que sea apropiado sólo para algunos momentos, hay que tener un
ánimo especial para oírlo todo. Aunque tiene varios hits, que no pretenden
serlo, son otros temas medios repetitivos o planos los que pueden hacer
peligrar la tarea de escucharlo de una vez. Además, hay que decir que la
segunda parte no es tan potente como la primera (que no tiene desperdicio) y
sería muy aburrida sin Peeping Tomboy y Ghost Town. Sin embargo si lo encuentras
en el momento preciso, te puede encantar y ser una gran compañía. Ojo con el
EP So Outta Reach que Vile lanzó recientemente. Yo aún no lo
escucho, pero su tema de adelanto The
Creature retoma el espíritu atormentado de la gran Society Is My Friend y me gustó bastante. C
Nota: 85/100
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