lunes, 5 de septiembre de 2011

Adios Felipe Camiroaga...

Felipe, una bella persona por dentro y por fuera

Revisando hacia el pasado en nuestra corta historia como blog, Felipe Camiroaga ha acompañado algunas de nuestras publicaciones con frases irónicas hacia la calidad o los conflictos internos de su matinal (en imágenes con Raquel Argandoña o Carola De Moras) o incluso como el posible pedófilo de El Laberinto de Alicia (una loca teoría surgida entre los comentarios de un post sobre esta novela). Seguro Felipe hubiera sido el primero en celebrar aquellas ocurrencias, pues si algo lo diferenciaba de muchos rostros con su status televisivo era que sabía reírse de sí mismo y es ese espíritu el que fundamenta su presencia en nuestro blog. Y aunque sinceramente no era nuestro comunicador favorito y creemos que quedó en deuda como entrevistador de estelares no podemos dejar de reconocer que era buena persona. Que tanta gente se sienta impactada por su muerte pero que además prácticamente todos tengan buenas palabras hacia su persona son imágenes que hablan por sí solas. Era un hombre austero, inteligente, empático con los problemas de su nación y que trató de mantenerse al margen de la farándula, algo notable en tiempos de tanta banalidad. Y por qué no decirlo, rodeado de un cierto halo de misterio que lo hacía doblemente carismático. Nos quedamos su faceta lúdica y alegre, que acompañó buena parte de nuestra adolescencia en el inolvidable e irrepetible Pase lo que Pase o con su recordado Luciano Bello de La Noche del Mundial.


Por otro lado, el fatídico accidente del viernes 2 de septiembre fue más que sólo la muerte de Felipe Camiroaga. Aunque el año pasado en cierto modo nos acostumbró a las tragedias, pocas veces había tocado tan de cerca a profesionales de los medios de comunicación, esferas culturales, desafío Levantemos Chile y la Fuerza Aérea Chilena, todo al mismo tiempo. No podemos dejar de reconocer en este breve comentario la gran labor que cumplieron los periodistas de TVN (Mónica Perez, Mauricio Bustamente, Consuelo Saavedra y tantos otros) que tuvieron la difícil labor de seguir informando mientras estaban destruídos. Queremos pensar que ese día, esas 21 personas, iban felices, bromeando y riendo con el alma tranquila por la buena obra que iban a coronar con su presencia. Quizás no alcanzaron a percatarse de su inminente y trágico desenlace. 

1 comentario:

  1. Nadie quedó indiferente de esta tragedia, es una pena, que personas tan buenas perdieran sus vidas de esa forma tan trágica. Nuestro halcon está volando muy alto.

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