jueves, 8 de diciembre de 2011

St. Vincent – Strange Mercy (2011)

Está clarísimo a estas alturas que 2011 es un año de solistas. Y esta afirmación gana más validez al reseñar este álbum. St. Vincent es el proyecto solista de una joven gringa de 28 años, menuda (las viejas la describirían como “monona”) y de apariencia aséptica llamada Ann Erin ClarkSt. Vincent ya era conocida en el mundillo indie por ser colaboradora de otros artistas, como  Bon Iver (Una muestra es Roslyn, single que hicieron para Luna Nueva). Y más específicamente por su participación en la banda Polyphonic Spree. Hace algunos años, Annie decidió lanzar su carrera solista, que registra ya dos LPs: Marry Me (2007) y Actor (2009), que estuvo al tope de las listas de recuentos ese año.

Un disco electromagnético y atrevido, 
que es la consagración de St. Vincent.

Además de tener una portada en escala de grises, como todos los discos que la han llevado este 2011, el single de adelanto Cruel fue una motivación para escuchar su actual trabajo. Mis impresiones tras ello puedo resumirlas así: si Cass McCombs es un juglar medieval en WIT’S END y Kurt Vile un chascón que ama pasar los ratos libres guitarreando en su sillón en Smoke Ring For My Halo, tras escuchar Strange Mercy, St. Vincent aparece en mi mente como una científica loca. La imagino con esas antiparras transparentes de segurito, un amplio delantal y unos enormes guantes operando perillas y transistores extraños, con una mueca de fascinación en su pálido rostro. Suena un poco espeluznante, pero si aman la experimentación y la originalidad en la música van a amar este disco.

El álbum comienza con 01. Chloe In The Afternoon, que destaca por algo que ha sido un poco olvidado en la música “alternativa” estos días: las percusiones. Luego irrumpe un guitarreo sucio, crea un interesante contraste con la delicada voz de Annie que narra la monótona vida de una meretriz. Es una buena antesala para 02. Cruel que es, según muchos, la canción más pop de St. Vincent. Ese inicio tan espectral, ritmo trepidante, una guitarra muy sucia y la voz de Annie, combinados con sonidos celestiales en su segunda mitad hacen de este un tema único, tan atractivo como perturbador. Y todo es aun mejor si tiene una letra sutil que reflexiona sobre el rol de la mujer. Lady Gaga, coincidirás conmigo en que esto si es provocación.

Bodies, can't you see what everybody wants from you?
Cuerpos ¿no pueden ver lo que todos quieren de ustedes?

03. Cheerleader comienza con un rasgueo algo introspectivo. Esta canción habla de una adolescente que pasó “buenos tiempos con chicos malos”, que ahora exclama hastiada “yo, yo, yo, yo, yo no quiero ser más una porrista”. Y en cada “yo” un sonido golpea la canción y hace que se expanda para luego comprimirse hasta volver a la intimidad anterior. Así como el Universors ¿Ve que es científica la cabra?

I've seen America/ with no clothes on
He visto América/ sin ropa puesta

Hay una clara continuidad en los temas anteriores que es quebrada por 04. Surgeon: una atmósfera espacial sacada de los 80’s es acompañada por la voz de Annie, que basa la letra del tema en una cita del diario de Marilyn Monroe, que puede aludir a una mujer que desea ser transformada. En el coro se llena de sonidos robóticos y cuerdas que parecen resortes que luego se distorsionan. 04. Surgeon es un descanso, pero también un punto alto del álbum.

Best, finest Surgeon/ Come cut me open

05. Northern Lights es la más rockera de todas y una de mis predilectas. Conquista de inmediato con su interpretación más enérgica, con muchas líneas destacadas como “It's a champagne year full of sober months”. Un in crescendo acompañado de las a estas alturas típicas, pero nada aburridas cuerdas sucias que explotan en pura locura electromagnética, como si Annie Clark girara una perilla hasta el máximo admisible.

I saw the morning Northern Lights/ Convinced it was the end of times
Vi la aurora boreal/ convencida de que era el fin del mundo

06. Strange Mercy, tema que le da título al álbum es dulce y espacial, contrarrestando la locura del tema anterior. Es difícil interpretar las letras de St. Vincent, pero esta es algo más clara ya que cuenta la historia de un padre que le habla a su hijo que está en la cárcel. Parte bien piola y termina como una balada enrarecida, pero bastante bonita. Lo único decepcionante hasta el momento viene con 07. Neutered Fruit, canción que de primera es un poco arrastrada y "creepy" (como le gusta decir a F). Cuando llevas unas escuchas de este disco en el cuerpo es extrañamente llevadera, incluso hasta con ese perturbador coro de fondo, si la escuchas por primera vez te invita a dejar de escuchar el disco. El problema es que se hace larga y no es una buena canción..

If I ever meet the dirty policeman that roughed you up
Si alguna vez me encuentro con el maldito policía que te arruinó

Y luego 08. Champagne Year suena algo aburrida tras tanta locura. Al borde de lo instrumental y lo onírico, es el intermedio que separa aguas entre una primera parte experimental casi perfecta y una segunda más relajada e irregular. Bien digo irregular porque la calidad repunta con la excelente 09. Dilettante. Una letra donde St. Vincent le reprocha a su amante porque la hace esperar para desvestirla. Un ambiente blues que se expande y termina con la canción derivando en lo infinito entre resortes y unos coros que suenan a lo lejos. Una de mis favoritas porque Annie toca una tela más sensual y por ese feo-hermoso sonido que enfatiza el estribillo y le da majestuosidad al tema.

You're like a party I heard through the wall/ Invite me
Eres como una fiesta que escuché a través de la pared/ Invítame

10 Hysterical Strength comienza con unos ruidos locos similares a música para hacer aeróbica, lo que le imprime un sello particular. Luego a St. Vincent se le pasa la mano con esas guitarras feitas que son el sabor de este disco. La voz suena lánguida y disociada de la música, pero a momentos brilla, como en el coro. Gracias a estos últimos es que esta canción repunta. Paso un dato para los publicistas: 10. Hysterical Strength perfectamente podría promover una maratón o “corrida”, como se les dice ahora. La aparentemente testimonial 11. Year Of The Tiger cierra el disco. En este tema, St. Vincent  construye una atmosfera alterada que predomina sobre las cuerdas, en un tema discreto que, salvo por una letra interesante que habla de la crisis económica mundial, resulta injusto para finalizar este álbum.

Now my kingdom for a cup of coffee 
Ahora (doy) mi reino por una taza de café

Pienso que este álbum que es como la fea de las teleseries centroamericanas, de esas a las que disfrazan de feas toscamente, pero se nota a la legua que con una peinada son más bonitas que la sobremaquilladas protagonistas. Este disco tiene un poquito de ese feísmo intencional, solo que en este caso se trata de arte y experimentación, pero es más que eso. Es puro atrevimiento. Annie Clark no tiene temor de mezclar ruidos celestiales con sonidos sucios, creando atmósferas enrarecidas que luego distorsiona hasta el máximo para luego crear baladas que parecen venir del espacio exterior. Mientras avanzamos en las canciones descubrimos cuanta belleza hay en Strange Mercy. Y concluimos que este disco no sería lo mismo despojado de estas características tan especiales, a diferencia de nuestra fea de teleseries.

La Aurora Boreal encaja perfecto con la onda del álbum

Annie Clark, quien posee una freak interior, se consolida con este disco que irónicamente, fue realizado en un período de sobriedad e introspección. Es tan intenso como alterado, lo que parece ser contradictorio con el estado mental de su autora al componerlo. Es esta mezcolanza de intensidad-calma y belleza-fealdad la bendición y la maldición de Strange Mercy: tanta locura puede espantar oyentes. 


Si estás más habituado a la experimentación, te das cuenta de que es un disco altamente disfrutable, pero en dosis bajas. En eso no está tan logrado como Kaputt, por ejemplo, que con sendos momentos experimentales de 11 minutos, mantiene un nivel a lo largo del álbum y es más accesible. Cuesta agarrarle el gusto a Strange Mercy, pero una vez que lo adquieres, descubres un álbum fascinante al que solo se le puede reprochar una última sección algo flojilla. C

Nota: Coincido plenamente con la crítica universal de la internets y le doy un 90/100

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