miércoles, 16 de febrero de 2011

Duelo de película: El Cisne Negro vs Temple de Acero




La lucha por los premios Oscar el próximo 27F claramente está inclinada hacía El Discurso del Rey, película que aún no veo (a la espera de algún pirata caritativo que la descargue) o hacia Red Social, esa obra maestra de David Fincher que ha perdido un poco de fuerza entre los críticos ante la otra novedad (al menos Fincher debería conformarse con el premio a mejor director). De más lejos siguen esta contienda los otros 8 nominados, de los cuales recientemente se han estrenado en Chile, El Cisne Negro (Black Swan) y Temple de Acero (True Grit). ¿Qué pasaría si la pelea fuera sólo entre estos dos filmes? ¿Quién ganaría en el ocioso escenario de que esto llegara a pasar?. Acá respondemos esa duda en un especial duelo cinematográfico.


1.- Antecedentes de los directores.


Darren Aronofsky & Natalie Portman
Si hay un factor que predispone el juicio hacia una película es la trayectoria de los directores. El Cisne Negro viene de la mano de Darren Aronofsky, director de la recordada Requiem por un Sueño (al menos su banda sonora todavía anda dando vuelta en cuanto programa de reportaje o novela hay en Chile), la barroca La Fuente (The Fountain) y la vuelta de tuerca en cuanto a su estilo que resultó El Luchador (The Wrestler). En esta última, Mickey Rourke se lucia en un papel que le valió el Oscar y que casi resultaba autobiográfico en un relato sobre un decadente luchador que intenta recuperar su carrera y su vida, acercándose a una hija de la que nunca se preocupó. Aronosfsky continua el relato duro y dramático en El Cisne Negro, pero en vez de la lucha libre se acerca al exigente mundo del ballet y sigue la realización de una nueva versión de El Lago de Los Cisnes. Nuevamente, se centra en un personaje, una inestable y autoexigente bailarina interpretada por Natalie Portman, dándole la oportunidad de lucirse al igual que Rourke en un rol por el cual ya tiene el Oscar casi en la mano.

Los Hermanos Coen. Detrás, retratos de ellos, Haydee Steinfeld y Jeff Bridges.
La carrera de los hermanos Ethan y Joel Coen, responsables de Temple de Acero, ya lleva más de dos décadas. Se inició en los 80, con la oscura Simplemente Sangre (Blood Simple, 1984) y la comedia de culto Educando a Arizona (Raising Arizona, 1986), siguió en los 90, con éxitos como Fargo (1996) o El Gran Lebowski (1998) y se coronó durante el 2000, con la ganadora del Oscar, Sin Lugar para los Débiles (No Country for Old Men, 2007). Sus filmes posteriores fueron dos comedias negras: Quémese Después de Leer (Burn After Reading, 2008), una sátira sobre el espionaje que tenía un elenco estelar encabezado por Brad Pitt y George Clooney y Un Hombre Serio (A Serious Man, 2009), que ironizaba sobre la religión y el absurdo de la vida. Ambos no me gustaron demasiado (me atrevería a decir que no entendí muy bien A Serious Man) así que mis expectativas respecto a True Grit eran por decirlo de alguna manera, bajas. Sin embargo, Temple de Acero se aleja de la comedia absurda y regresa al relato épico y oscuro de Sin Lugar para los Débiles. Es una readaptación del libro homónimo que ya contaba con una versión, un clásico western de los 60, protagonizado por John Wayne. La gracia está en el relato desde el punto de vista de una niña de 14 años, que busca vengar la muerte de su padre, para lo cual contrata a un duro Marshall de oeste para que se encargue de la búsqueda. Ambos roles, encarnados por Jeff Bridges y la revelación Hailee Steinfeld, se encuentran nominados por sus roles, aunque la tienen difícil en sus respectivas categorías.

2.- Resumen de la trama (incluye el final de cada película)



El relato de El Cisne Negro descansa plenamente en el talento de Natalie Portman, quien se encarga de darle matices a Nina, un personaje complejo, que carece de confianza en sí misma pero que está decidida a hacer lo que sea por alcanzar el rol más importante de su carrera, el Cisne Negro, un personaje sensual y oscuro. El director de la obra (Vincent Cassel), quien es severo y exigente, no la cree capaz del desafío pero  después de le da un beso a la fuerza y ella lo muerde, decide darle la oportunidad (porque obvio que tiene que abusar de su puesto). Nina tiene múltiples ataques psicóticos y alucinaciones durante la película. Se siente paranoica respecto a la recién llegada, Lily (Mila Kunis), quien intenta acercarse a ella e incluso la lleva a carretear. Nina empieza a pensar como el Cisne Negro, alucina con encuentro lésbico con Lily, se rebela contra su opresiva madre (Barbara Hershey) y se autoinfringe heridas constantemente. Su obsesión llega a tal punto que en un momento de la película se transforma en cisne. 




Cuando llega el momento del estreno, asiste incluso enferma contra las indicaciones de su madre y la cámara sigue su esquizofrenia, donde asesina con un vidrio roto a Lily y la esconde en su camarin. Se luce bailando como el Cisne Negro pero previo al acto final descubre que la pelea nunca ocurrió y el vidrio se encuentra en su propio pecho. Así, termina entregándose a la muerte bailando como el Cisne Blanco con la alegría de haber alcanzado la perfección por un instante.



En Temple de Acero, Mattie Ross (Hailee Steinfeld) contrata a Rooster Cogburn (Jeff Bridges), un Marshall duro, bueno para tomar con verdaderas agallas (True Grits, dándole el verdadero título a la película) para encontrar a Tom Chaney, quien asesinó a su padre y se encuentra en territorio indio. Mattie es una adolescente atípica, dura, culta, capaz de recitar párrafos bíblicos y de negociar mejor que nadie con tal de lograr su venganza. Un ranger de Texas, LaBeouf (Matt Damon) también persigue a este hombre e intenta que Mattie desista de esta búsqueda. Terca ella, decide seguir a ambos hombres hacia el territorio indio, atravesando a caballo un rio en una escena épica que marca el comienzo de esta aventura a lo desconocido. No es la aventura típica de película gringa. Los Coen filman con dureza este recorrido resaltando las conversaciones intrascendentes, los riesgos inesperados y lo crudo y absurdo de la vida. Mattie logra probar que tiene verdaderas agallas y además logra una curiosa relación con estos duros hombres del oeste. 




Tom Chaney termina rebelándose ante ella de un modo totalmente anticlimático a orillas de un río. El la desafía a dispararle y ella lo hace pero no logra matarlo con el tiro. Es tomado prisionera y aunque es rescatada gracias a una hábil estrategia de Cogburn y La Beouf, es ella quien la que hace justicia finalmente con un certero disparo contra Chaney. Sin embargo, el impulso la hace caer en una cueva donde es mordida por una serpiente (nuevamente el absurdo de la venganza). Cogburn logra salvarle la vida pero ella pierde un brazo. Él desaparece sin cobrarle el dinero acordado como pago. 25 años después, Mattie es una solterona que aún recuerda el pasado y busca a Cogburn, quien se encuentra en un espectáculo que viaja a través del oeste. Cuando Mattie llega, Cogburn ya ha muerto pero decide darle sepultura al cuerpo y lo visitara por el resto de sus días.

3.- El juicio


Ver El Cisne Negro da una sensación de deja vú ya que el esquema de la trama suena demasiado similar a muchas películas europeas donde la protagonista sufre, debe humillarse moralmente en pos de un fin superior y finalmente muere épicamente  (muy a la Lars Von Trier, responsable de Bailarina en la Oscuridad, Contra Viento y Marea, Dogville y Antichrist, esta última donde la protagonista alcanza niveles psicóticos similares a Natalie Portman pero mucho más extremos). Hay un esfuerzo por que parezca película europea, introduciendo casi por obligación un momento de sexualidad dudosa  sin ser demasiado explícito pero lo suficiente para que la película dé que hablar (prácticamente vi la película por ese momento xD). 




Aun así, Aronofsky tiene el mérito de contar bien este clásico siguiendo calculadamente las reglas de narración casi por libro. Uno sospecha  como será el climax y resolución de la película gracias al aire épico y trágico que respira la trama. SPOILER: Un climax casi calcado del final trágico pero enaltecedor de su anterior filme El Luchador (sorry por el spoiler pero de verdad que es demasiado parecido).Todo el cuento además logra credibilidad gracias al gran trabajo del elenco, sin el cual los personajes sólo serían maquetas. Hasta la aparición de Winona Ryder como la estrella desplazada logra brillar. Pero es, sin duda, la actuación de Natalie Portman de la autodestrucción de la esquizofrénica Nina la que hace que valga la pena todo el espectáculo. Solo ella podía ser el Cisne Blanco y el Cisne Negro simultáneamente.  



Por su parte, Temple de Acero parte con la difícil tarea de lograr encantar con un relato salido del western, un género que posiblemente poco puede motivar a las generaciones actuales. Sin embargo, aunque los personajes a primera vista parezcan los arquetipos clásicos como el Marshall duro pero de buen corazón, como siempre el talento está en saber contar la historia de manera original. La narración en retrospectiva de Mattie de esta aventura épica de su niñez tiene ribetes bíblicos y Los Coen logran impactar. El uso de la música es específico pero efectivo, enfatizando los silencios para potenciar los momentos tensos y las conversaciones profundas.  En ese sentido está muy emparentada con Sin Lugar para los Débiles, aunque con niveles menores de crudeza y un final mucho más optimista y menos abierto. No abandonan el absurdo de sus anteriores películas pero acá los lazos afectivos parecen darle sentido a la existencia de sus personajes. La debutante Hailee Steinfeld logra una interpretación impecable, Jeff Bridges continua en su racha de excelentes papeles ( si nos saltamos Tron: Legacy por supuesto xD) y hasta Matt Damon logra convencer.



And the Oscar goes to...


Temple de Acero!. El relato épico de Temple de Acero me parece una película mucho más interesante y completa que la potente pero efectista El Cisne Negro. Quizás sean los años y la experiencia de los Coen las que se noten. Aronofsky está consolidando su estilo con esta película y esperemos que sus avances continúen. Por ahora, ya tenemos al menos dos películas que vale la pena ver este 2011.

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